Una niñita le estaba platicando de las ballenas
a su maestra. La profesora, dijo que era
físicamente imposible que una ballena se tragara
a un ser humano porque aunque era un mamífero
muy grande, su garganta era muy pequeña. La
niña afirmó que Jonás había sido tragado por
una ballena. Irritada, la profesora le repitió
que una ballena no podía tragarse a ningún
humano; físicamente era imposible. La niñita dijo,
“Cuando llegue al cielo le voy a preguntar a
Jonás”. La maestra le preguntó, “¿Y qué pasa
si Jonás se fue al infierno?”. La niña le
contestó, “Entonces le toca a usted preguntarle.”