En un McDonald’s, un tipo joven observa a una pareja de ancianos que entran a almorzar, y se da cuenta que el anciano ordena una hamburguesa, una orden de papas, un refresco y que pide un vaso extra – Interesado, ve cómo el anciano divide la hamburguesa a la mitad y que cuenta las papas fritas: una para ella, una para él, otra para ella y otra para él, hasta dividirlas por igual.Después, el viejo llena el vaso vacío con la mitad del refresco.
El setentón empieza a comer mientras la esposa lo vigila con las manos sobre su falda – Acomedido, el muchacho se acerca a los ancianos y amablemente les pregunta que si no les importaría que le comprara otra hamburguesa, y así no tendrían que dividir esa.
Pero el viejo le replica: – “Nosotros llevamos 50 años de casados y cada cosa siempre la hemos dividido a la mitad, jovencito”.
Dirigiéndose a la anciana, el chico le pregunta que cuándo iba ella a comer.
La mujer le contesta: “Tengo que esperar mi turno para que él me preste la dentadura, Hijito”.